RETO MÓDULO 1
Buscando alguna noticia o algún dato que me pudiese servir para realizar este reto encontré una noticia relacionada con el ámbito de la educación infantil, mi profesión, y unos datos del INE que corroboran lo que se presenta en ella.
¿Por qué no hay docentes varones en las aulas de educación infantil? (elconfidencial.com)
En el ámbito educativo se observa claramente un predominio de las mujeres como docentes a medida que descendemos en el nivel educativo. Esto conlleva, como observamos en la tabla que nos presenta el INE, que en educación infantil en el curso 2018-2019, por ejemplo, el porcentaje de educadoras era de un 97,6 %, lo que deja poco lugar a que los hombres puedan desarrollar su carrera en esta profesión en igualdad de condiciones. Llama la atención que en la enseñanza universitaria, sin embargo, las mujeres docentes son un 42,4% y el ámbito en el que menor representación hay de profesoras es en las enseñanzas deportivas que se reduce a un 16,4%. Estos datos considero que son el reflejo de unos estereotipos que se fomentan desde la sociedad y que se retroalimentan dando lugar a que las mujeres “elijan” cierta profesión teniendo en cuenta ciertas características que se consideran comunes al sexo femenino: dulzura, paciencia, etc.
Es sabido que al sexo masculino se le atribuyen características bien distintas, de alguna forma incompatibles con el cuidado de los niños y niñas más pequeños.
La queja de este trabajador es legítima ya que las características de personalidad o las que tienen que ver con nuestra formación no dependen de nuestro sexo sino de esos roles preestablecidos que se nos transmiten a través de la educación y de la interacción con todos los miembros de la sociedad.
Acabar con la discriminación a la que se ve sometido este trabajador supone dar un paso hacia la igualdad ya que si comenzamos a ver hombres como educadores infantiles los niños y niñas que son cuidados y educados por ellos ya no tendrían el prejuicio de que es una mujer la que tiene que encargarse de la atención de los niños y niñas más pequeños. Estas generaciones más jóvenes podrían sin duda elegir de forma más libre su profesión sin ver su decisión influenciada por unas falsas creencias que es cometido de toda la sociedad ir eliminando.
En el sistema público de acceso a las plazas de educadores infantiles no cabe la discriminación ya que el acceso es mediante sistema de oposición. Sin embargo, el problema está en que son muy pocos los hombres que deciden formarse en este ámbito por lo que su trabajo es muy poco visible.
Por todo esto considero que para acabar con la desigualdad en este ámbito debería fomentarse el acceso de los hombres a la formación de educación infantil.
Demostrar su valía será cuestión de los valientes que tomen este camino enfrentándose a los prejuicios establecidos como llevan haciendo las mujeres durante mucho tiempo en otros muchos sectores.
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